lunes, 19 de julio de 2010

Antes del primer día



Era el tiempo de decidirse sobre que hacer con su vida, se miraba al espejo, ya no era un niño, cuando se dejaba la pelusa en el rostro, a veces le decían señor, buscaría su destino como todos, los tiempos fáciles se habían acabado, bienvenido a lo que significa ser adulto.

Aquel adolescente de mirada perdida, delgado y con las facciones tan maltratadas por los desvelos del estudio, lo había logrado… se encontraba matriculándose en una de las universidades nacionales mas prestigiosas del país, pensaba en cuanto le había costado ingresar, ahora todas sus energías estaban centradas en hacer la diferencia, tenia que ser el mejor, lograr que su voz sea escuchada y respetada, estudiaría periodismo, no se dejaría comprar por ninguno de los poderosos que buscan oprimir a los mas débiles, buscaría ser la voz de los necesitados, así tuviera que pelearse con el gobierno mismo, estaba decidido a todo, nada lo pararía, llegaría a la cima de su existencia, parecía demasiado idealista, pero nadie podía cambiarlo, lo poco que había logrado en su niñez quedaría atrás, los diplomas no importaban, solo buscar que todo el mundo este al tanto de la realidad, que se quiten la venda y dejen de creer en encantadores de serpientes, que luego consumen a los mas ignorantes como si fueran simples trozos de carne, hasta a veces pisotearlos como si fueran la basura en la suela de sus zapatos…

La matricula estaba completa, solo quedaba esperar al primer día de clases, sus ilusiones crecían a cada momento, mientras iba camino a casa para preparar todo lo necesario para sus estudios, buscar los cuadernos que no usaba en el colegio, ordenar sus libros por temas para que la consulta de estos sean mas eficiente, quitar de su escritorio aquellos libros escolares que tanto lo habían aburrido, y finalmente pedir que la computadora mas antigua de la casa, pase a su cuarto, iba a necesitar también investigar por Internet, la computadora mas moderna quedaría para uso exclusivo de sus hermanos menores, quienes además eran mas hábiles que el, en cuanto a buscar datos, ya les pediría ayuda para hacer sus trabajos.

Un viento bastante frío le recorrió por la espalda, en ese momento un estornudo le indicaba un posible catarro, que luego podía degenerar hasta ser una gripe de aquellas, un par de estornudos mas, estaba casi confirmado, decidió apurar el paso, tenia que llegar a casa, tomar algún antigripal, descansar y así evitar faltar al primer día de clases. En ese momento vio a una chica que peleaba por entrar a un hospital, era algo simpática, lo que mas resaltaba de ella, era su chalina de color celeste, el joven se detuvo, entonces la escucho…

- ¡Sí le pasa algo a mi madre! ¡Yo te hago responsable! ¡Tengo que entrar a pagar por su tratamiento! ¡Acaso me ves con cara de venir a divertirme!

Se acerco a la joven, ella estaba nerviosa, las lagrimas estaban a punto de aparecer, el joven miro hacia la puerta, era el hospital donde trabajaba un tío suyo, sin pensarlo, sacó su celular, encontró el nombre en su agenda, lo llamó, después de un breve saludo, explico brevemente la situación, su tío pregunto por el apellido del vigilante de la puerta, disimuladamente se acerco, vio la placa en el pecho de aquel vigilante que se sentía todopoderoso, se lo dijo a su tío, hubo un silencio, luego le dijo que en ese momento haría algo… pasaron cinco minutos, la chica miraba con rabia a aquel hombre que se sentía en la gloria por verla sufrir solo porque se le daba la gana, en ese momento recibió una llamada, su rostro se puso pálido… pregunto en la puerta por el nombre del joven que era testigo de todo. Entonces se acerco a la chica, le sonrió y le dijo que pasaría a ver a su madre, el vigilante lo miraba con recelo, enseño sus documentos, le dijo que la joven le acompañaría, a lo que el tipo de la puerta solo hizo una mueca, los dejo pasar, a sus espaldas, ambos sentían como el vigilante les lanzaba una mirada casi asesina, estaba frustrado porque alguien había sobrepasado su autoridad de amo y señor de la puerta…

Una vez dentro del hospital, la joven le agradeció por su ayuda, el dijo que simplemente vio que tenia la posibilidad de ayudar, y simplemente lo hizo. Ella estaba algo cohibida, entonces él le pregunto si podía ayudarla en algo mas, ella empezó a sentir algo de confianza, entonces le comento que necesitaban algo de sangre para su madre, él le dijo casi sin pensarlo que podía donar con mucho gusto, aunque nunca lo había hecho, tenia un leve temor, pero al ver como ella sonreía, todas las dudas se despejaron, simplemente donaría la sangre, en ese momento un estornudo los interrumpió, ella lo miro con preocupación, le pregunto si estaba agripado, él tan solo dijo que se sentía bien, solo era una alergia que iba y venia, la humedad le era un poco fatal, ella lo miraba con cierta preocupación, él le pregunto a donde debía ir para hacer las pruebas y ver si estaba apto para donar sangre.

Después de un rato, un pinchazo, un poco de sangre en un tubo, le dijeron que volviera al día siguiente a la misma hora, la familia de la joven le agradeció al joven por el gesto, se despidió de ellos, sentía que le dolía un poco la cabeza, pero decidió ignorarlo, lo mas importante en ese momento, era la vida de otra persona, después se preocuparía de si mismo.

Al día siguiente, las articulaciones le dolían horriblemente, no había tomado ninguna pastilla para evitar alguna complicación, o al menos así lo creía, se mentalizó para que sus síntomas no sean notorios, una vez en el hospital se mostró tan normal como el día anterior, su mente solo podía centrarse en donar la sangre para que la otra persona logre salvarse, todos sus deseos se centraban solo en eso, su propia salud podía comprometerse, pero eso lo ignoró, no quería parecer un cobarde, aunque no lo fuera. La donación se dio sin novedad alguna, salvo por el mareo que sentía, y que disimulaba bastante bien, se despidió de la chica y su familia, se sentía bastante satisfecho por lo que había hecho, una vez sentado en la coaster que lo llevaría a casa, decidió echarse una siesta…

Figuras extrañas aparecían en su mente, una sensación de angustia lo invadía, pero no podía despertar, sentía que atravesaba un umbral, algo lo jalaba, quería volver a la realidad, fue como si pasara toda una eternidad, y entonces… finalmente pudo abrir los ojos, lo primero que notó, fue un techo bastante blanco, luego miro a los costados, era una habitación de hospital, cuando pudo posar su vista en la ventana, notó que era de noche, tal vez hubieran pasado unos minutos solamente, pero cuando vio el calendario en la mesa de noche al costado de su cama, se dio cuenta que habían pasado tres días sin que el se diera cuenta, decidió volver a dormir, en la mañana preguntaría que había pasado en esos días.

Al despertar, se encontró con la chica que había ayudado, ella estaba algo triste, se miraron, entonces ella empezó a llorar, lo abrazó…

- Mi mami… falleció anteayer… igual… gracias… ella pudo estar en casa con nosotros… apreciamos bastante lo que hiciste…

Se había quedado mudo… tenia un nudo en su garganta, le acariciaba la cabeza, mientras ella sollozaba, y…

- Si te hubiera conocido antes, podría haberte ayudado, esto no habría pasado, yo…
- Lo que importa es que te recuperes…

Aquella noche, decidió salir, dar una vuelta por las inmediaciones del hospital… sus ideas no estaban muy claras, pero después de escuchar a la chica, y como la gente es indiferente y no se logra salvar tan solo una vida, decidió que era hora de ver la manera de hacer reflexionar a los demás, antes que la fama, tenia que llegar a la gente, se había perdido el primer día de clases, pero no perdería el resto de su vida, buscaría la manera de ayudar a todos los que pudiera, sea como sea…


En memoria a la señora Victoria Castillo.

1 comentario:

S dijo...

qué tierna historia!!! te felicito :)