miércoles, 28 de julio de 2010

Cuenta Regresiva de un Sentimental (fragmento de un poemario sin publicar)

“Ni el inicio, ni el final”

Estaba destinado a terminar, aun así
había decidido que no seria el final,
hay tantas formas de querer,
solo puedes creer que no es así,
puedes cambiar de parecer,
pero no soy un estupido animal.

Estaba decidido a dejar que todo siga
a cualquier ritmo, tan solo por velar
que seas feliz, siendo un guardián
y nunca expresando lo real…
…después de todo, solo era irreal
pensar algún día en mi sonrisa
frente a la tuya, aun en secreto,
y con todos aquellos que me odiaban
por querer ser quien quería revelar
que ser feliz es tu derecho…


“Casi mortal”

No quiero volver a caer, pero he caído
en aquella dulce trama llamada amor,
sigo siendo un soñador sin remedio,
creyendo en el paraíso terrenal
mandando al infierno lo demás,
envolviéndome en mi propio mundo,
cayendo en lo más hondo
una y otra vez, queriendo olvidar,
recopilando sonrisas no merecidas
o que parecen falsas al final…

Me enredo en este lazo infernal
interpretado por mí conciencia,
pero es demasiado tarde, me evitaras
y tratare de no hacer nada,
porque no quiero herirte, ni verte
triste o molesta frente a mí,
volvería a morir como veces anteriores,
estoy casi muerto otra vez,
no importa, quiero seguir buscando
tu felicidad, y podré sonreír…
…aunque no estés a mi lado,
quiero observar tu bella sonrisa
de cerca, sin derecho a que sea para mi,
te perteneces a ti misma, a nadie más.

lunes, 19 de julio de 2010

Antes del primer día



Era el tiempo de decidirse sobre que hacer con su vida, se miraba al espejo, ya no era un niño, cuando se dejaba la pelusa en el rostro, a veces le decían señor, buscaría su destino como todos, los tiempos fáciles se habían acabado, bienvenido a lo que significa ser adulto.

Aquel adolescente de mirada perdida, delgado y con las facciones tan maltratadas por los desvelos del estudio, lo había logrado… se encontraba matriculándose en una de las universidades nacionales mas prestigiosas del país, pensaba en cuanto le había costado ingresar, ahora todas sus energías estaban centradas en hacer la diferencia, tenia que ser el mejor, lograr que su voz sea escuchada y respetada, estudiaría periodismo, no se dejaría comprar por ninguno de los poderosos que buscan oprimir a los mas débiles, buscaría ser la voz de los necesitados, así tuviera que pelearse con el gobierno mismo, estaba decidido a todo, nada lo pararía, llegaría a la cima de su existencia, parecía demasiado idealista, pero nadie podía cambiarlo, lo poco que había logrado en su niñez quedaría atrás, los diplomas no importaban, solo buscar que todo el mundo este al tanto de la realidad, que se quiten la venda y dejen de creer en encantadores de serpientes, que luego consumen a los mas ignorantes como si fueran simples trozos de carne, hasta a veces pisotearlos como si fueran la basura en la suela de sus zapatos…

La matricula estaba completa, solo quedaba esperar al primer día de clases, sus ilusiones crecían a cada momento, mientras iba camino a casa para preparar todo lo necesario para sus estudios, buscar los cuadernos que no usaba en el colegio, ordenar sus libros por temas para que la consulta de estos sean mas eficiente, quitar de su escritorio aquellos libros escolares que tanto lo habían aburrido, y finalmente pedir que la computadora mas antigua de la casa, pase a su cuarto, iba a necesitar también investigar por Internet, la computadora mas moderna quedaría para uso exclusivo de sus hermanos menores, quienes además eran mas hábiles que el, en cuanto a buscar datos, ya les pediría ayuda para hacer sus trabajos.

Un viento bastante frío le recorrió por la espalda, en ese momento un estornudo le indicaba un posible catarro, que luego podía degenerar hasta ser una gripe de aquellas, un par de estornudos mas, estaba casi confirmado, decidió apurar el paso, tenia que llegar a casa, tomar algún antigripal, descansar y así evitar faltar al primer día de clases. En ese momento vio a una chica que peleaba por entrar a un hospital, era algo simpática, lo que mas resaltaba de ella, era su chalina de color celeste, el joven se detuvo, entonces la escucho…

- ¡Sí le pasa algo a mi madre! ¡Yo te hago responsable! ¡Tengo que entrar a pagar por su tratamiento! ¡Acaso me ves con cara de venir a divertirme!

Se acerco a la joven, ella estaba nerviosa, las lagrimas estaban a punto de aparecer, el joven miro hacia la puerta, era el hospital donde trabajaba un tío suyo, sin pensarlo, sacó su celular, encontró el nombre en su agenda, lo llamó, después de un breve saludo, explico brevemente la situación, su tío pregunto por el apellido del vigilante de la puerta, disimuladamente se acerco, vio la placa en el pecho de aquel vigilante que se sentía todopoderoso, se lo dijo a su tío, hubo un silencio, luego le dijo que en ese momento haría algo… pasaron cinco minutos, la chica miraba con rabia a aquel hombre que se sentía en la gloria por verla sufrir solo porque se le daba la gana, en ese momento recibió una llamada, su rostro se puso pálido… pregunto en la puerta por el nombre del joven que era testigo de todo. Entonces se acerco a la chica, le sonrió y le dijo que pasaría a ver a su madre, el vigilante lo miraba con recelo, enseño sus documentos, le dijo que la joven le acompañaría, a lo que el tipo de la puerta solo hizo una mueca, los dejo pasar, a sus espaldas, ambos sentían como el vigilante les lanzaba una mirada casi asesina, estaba frustrado porque alguien había sobrepasado su autoridad de amo y señor de la puerta…

Una vez dentro del hospital, la joven le agradeció por su ayuda, el dijo que simplemente vio que tenia la posibilidad de ayudar, y simplemente lo hizo. Ella estaba algo cohibida, entonces él le pregunto si podía ayudarla en algo mas, ella empezó a sentir algo de confianza, entonces le comento que necesitaban algo de sangre para su madre, él le dijo casi sin pensarlo que podía donar con mucho gusto, aunque nunca lo había hecho, tenia un leve temor, pero al ver como ella sonreía, todas las dudas se despejaron, simplemente donaría la sangre, en ese momento un estornudo los interrumpió, ella lo miro con preocupación, le pregunto si estaba agripado, él tan solo dijo que se sentía bien, solo era una alergia que iba y venia, la humedad le era un poco fatal, ella lo miraba con cierta preocupación, él le pregunto a donde debía ir para hacer las pruebas y ver si estaba apto para donar sangre.

Después de un rato, un pinchazo, un poco de sangre en un tubo, le dijeron que volviera al día siguiente a la misma hora, la familia de la joven le agradeció al joven por el gesto, se despidió de ellos, sentía que le dolía un poco la cabeza, pero decidió ignorarlo, lo mas importante en ese momento, era la vida de otra persona, después se preocuparía de si mismo.

Al día siguiente, las articulaciones le dolían horriblemente, no había tomado ninguna pastilla para evitar alguna complicación, o al menos así lo creía, se mentalizó para que sus síntomas no sean notorios, una vez en el hospital se mostró tan normal como el día anterior, su mente solo podía centrarse en donar la sangre para que la otra persona logre salvarse, todos sus deseos se centraban solo en eso, su propia salud podía comprometerse, pero eso lo ignoró, no quería parecer un cobarde, aunque no lo fuera. La donación se dio sin novedad alguna, salvo por el mareo que sentía, y que disimulaba bastante bien, se despidió de la chica y su familia, se sentía bastante satisfecho por lo que había hecho, una vez sentado en la coaster que lo llevaría a casa, decidió echarse una siesta…

Figuras extrañas aparecían en su mente, una sensación de angustia lo invadía, pero no podía despertar, sentía que atravesaba un umbral, algo lo jalaba, quería volver a la realidad, fue como si pasara toda una eternidad, y entonces… finalmente pudo abrir los ojos, lo primero que notó, fue un techo bastante blanco, luego miro a los costados, era una habitación de hospital, cuando pudo posar su vista en la ventana, notó que era de noche, tal vez hubieran pasado unos minutos solamente, pero cuando vio el calendario en la mesa de noche al costado de su cama, se dio cuenta que habían pasado tres días sin que el se diera cuenta, decidió volver a dormir, en la mañana preguntaría que había pasado en esos días.

Al despertar, se encontró con la chica que había ayudado, ella estaba algo triste, se miraron, entonces ella empezó a llorar, lo abrazó…

- Mi mami… falleció anteayer… igual… gracias… ella pudo estar en casa con nosotros… apreciamos bastante lo que hiciste…

Se había quedado mudo… tenia un nudo en su garganta, le acariciaba la cabeza, mientras ella sollozaba, y…

- Si te hubiera conocido antes, podría haberte ayudado, esto no habría pasado, yo…
- Lo que importa es que te recuperes…

Aquella noche, decidió salir, dar una vuelta por las inmediaciones del hospital… sus ideas no estaban muy claras, pero después de escuchar a la chica, y como la gente es indiferente y no se logra salvar tan solo una vida, decidió que era hora de ver la manera de hacer reflexionar a los demás, antes que la fama, tenia que llegar a la gente, se había perdido el primer día de clases, pero no perdería el resto de su vida, buscaría la manera de ayudar a todos los que pudiera, sea como sea…


En memoria a la señora Victoria Castillo.

sábado, 17 de julio de 2010

¿Dónde estás asesino?




Siempre pensé que conocer un asesino sería difícil, por lo tanto lo veía como algo casi imposible, sin embargo un buen día…

Como siempre caminaba por las calles del centro de Lima, mientras pensaba lo que sería de mi después de terminar el colegio, sin darme cuenta había llegado a un parque, me sentía algo cansado, busque una banca, una vez ahí, mire a mi alrededor había una pareja a mi lado, unos metros frente a mí, un sereno, algo más alejado junto a una pileta, un mendigo.

Todo parecía estar tranquilo, todos en lo suyo, cuando en ese momento escuche un grito… la chica estaba cubierta de sangre, a su lado el muchacho tenía un gran tajo en el cuello, era obvio que era muy tarde para él, yo me encontraba asustado, no sabía qué hacer, la chica empezó a correr, dejando atrás a su amado, yo era un testigo inútil, en ese momento como si fuera en cámara lenta, la vi caer, tenía el cuello roto en un ángulo antinatural. Era una pesadilla, no podía despertar, intentaba huir de aquel lugar, todo se hacía borroso, trate de buscar ayuda, recordé al sereno.

Trate de buscarlo con la mirada, en ese momento vi que su rostro tenía una expresión de terror, corrí hacia él para pedirle ayuda, algo raro pasó… el hombre peleaba con algo al parecer, segundos después vi como caía frente a mí, la cara deformada, la golpiza fue brutal, simplemente aquel sereno también estaba muerto.

Había otro testigo, el mendigo, el se acercó a mí, todo a mi alrededor daba vueltas, el mundo parecía estar de cabeza, era tanto así, que buscaba el apoyo de aquel mendigo… pero ante mi horrorizada mirada, aquel hombre había salido volando, había chocado contra la escultura de la pileta, flotaba en el agua, no se movía… el pánico se apodero de mi, y empecé a gritar… “¡¿Dónde estás maldito?! ¡Dame la cara maldito asesino! ¡¡¡¿Dónde estás asesino?!!!”...

Lo busque por todos lados, frenéticamente miraba a todos lados… en ese momento… lo pude ver… tan nítido, tan claro, tenía una cara de psicópata, estaba todo manchado de sangre, sus puños apretaban con fuerza, finalmente estaba ante mi… mi propio reflejo, yo era el asesino.


Este cuento fue escrito originalmente por Brando Urcia Ramírez, quien perdió el original, el autor se tomó la libertad de recordar el relato y reescribirlo a su manera.

viernes, 16 de julio de 2010

Crónica de una renuncia


Cada día se viven nuevas experiencias, nuevos retos, en muchos casos se vive una rutina donde cada uno se debe tragar sus palabras y su orgullo para seguir teniendo un puesto de trabajo, pero… ¿En verdad vale la pena tener una santa paciencia?
En nuestro país, y también seguro en muchas partes del mundo, la gente que logra formar una empresa, se dedica en sus inicios a dar el mejor servicio, lo más novedoso, lo exclusivo, pero una vez que alcanzan un nivel de éxito, en muchos casos, la avaricia puede más…

Vayamos a un ejemplo mas personalizado, en este caso, un colegio que tiene más de diez años de funcionamiento. Al parecer hay éxito, se gana un prestigio, y en un negocio dedicado a la educación, quienes logran esa producción son los profesores. Aun así, este colegio de manera curiosa decide cambiar casi en su totalidad a la plana docente. Logran contratar un nuevo grupo de docentes jóvenes, todos con ganas de trabajar, ofrecen un sueldo algo mas elevado al promedio, sin exagerar, tal vez 50 ó 40 soles más que el resto de colegios de la zona. El primer mes, cumplen con las expectativas del trabajador, brindándole una especie de seguridad, van pasando los días del segundo mes, todo va con tranquilidad, pero la dirección del colegio decide cambiar las normas de juego, nadie se queja porque parece razonable, llega el fin del segundo mes, y algunos se dan cuenta que han ganado algo menos que el menos anterior, deciden esforzarse y no dar razones de queja a los empleadores. Durante el tercer mes, la dirección decide volver a cambiar las normas de juego, intercede en las aulas de los docentes, además algunos al notar la situación, deciden tomar partido por los empleadores, buscan la simpatía de los jefes exagerando las cosas sobre sus colegas, deciden intercedes también en el aula de clase, la primera impresión es como si fuera un apoyo, poco después te das cuenta que en realidad te tienen en la mira por ser alguien que evita los conflictos para tener un buen ambiente de trabajo. Se trata de seguir sobrellevando todo, cada día pensando en quien te estará mirando y que dirán luego de ti ante los jefes, se llega al final del cuarto mes, el pago es retenido, la excusa es que faltaste a las normas que fueron modificadas de nuevo, cualquier docente se da cuenta que los planteamientos son ridículos, sin embargo los demás callan su posición y son mudos testigos, de cómo un trabajador tranquilo se exaspera debido a los supuestos descuentos y que además se le considera un mal ejemplo a seguir, la paciencia ha llegado a su limite, decide renunciar.

Es así como mucha gente decide hacer negocio, aburre al trabajador prácticamente lo hace renunciar, muchos se las aguantan, porque detrás de un puesto siempre hay alguien mas desesperado que uno mismo y con menos orgullo, finalmente quienes ganan son aquellos que por haber logrado cierto nivel de poder o prestigio, hacen y deshacen sin importar a quien puedan dejar mal.


El trabajo existe, pero no es fácil llegar a este, es todo un reto que cualquiera debe estar dispuesto a alcanzar, solo hay que seguir teniendo paciencia

jueves, 15 de julio de 2010

Pensandote

Me escondo en palabras,

me escondo en las letras,

quiero encontrarte entre

poemas no leídos, entre

pensamientos tímidos,

en mis sueños más vividos,

me he vuelto un loco

otra vez divago

y no se que hago

tú me vuelves loco.

martes, 13 de julio de 2010

Mensajes del más alla - IV


Una deuda atrasada


- Préstame cinco luquitas, habla no seas malo.
- Seguro me los devolverás dentro de un año ¿no?
- La próxima semana sin falta, por favor.
- Ya, ya, mira como sea la próxima semana ¿ok?
- Lo prometo.

Sandro vio alejarse a su amigo, quien le había prometido pagar sin falta dentro de una semana aquel pequeño monto de dinero, aunque no había explicado para que quería el dinero, siempre era así, muchas veces había tardado en pagar, pero al fin y al cabo siempre pagaba sus deudas, una vez se tardo un par de años, pero siempre cumplía, además que nunca se escondía para evitar pagar. La familia de Ramiro era muy humilde, desde que estaban en el colegio, le pedía prestado a Sandro, que era una de las pocas personas con las cuales tenia confianza en el colegio, siempre dispuesto a apoyarlo, y el nunca defraudaría a quien le ayudaba de una manera u otra.

Al día siguiente, se acerco a la casa de su humilde amigo, para conversar y pasar el rato, pero no lo encontró en casa, le dijeron que se había ido a hacer un cachuelo a las afueras de la ciudad, que retornaría en tres días. Su interrogante sobre el dinero había sido resuelta, al no contar Ramiro con alguien en casa para que le diera para el pasaje, había tenido que volver a pedir prestado como siempre.

Pasaron los tres días, sin embargo… Ramiro no había regresado, Sandro pensó que talvez le había ido tan bien, que había decidido trabajar unos días más.
Faltaba un día para cumplir la semana de plazo para pagar el préstamo, pero no había señales de su amigo, no podía pensar mal de él, nunca rompería una promesa o dejaría de pagar una deuda, además no se tenia que ser tan estricto, después de todo, solo eran cinco nuevos soles. Esto no evitaba que hubiera algo de preocupación.

Casi una semana después de cumplido el plazo, alguien había ido a la casa de Sandro, era uno de los hermanos menores de Ramiro, le dijo que había un encargo para el…
- ¿Y Ramiro?
- No sé, mis papas me han dicho nomas que te pase la voz para que vayas a la casa.
- Ok, estaré ahí en media hora.

Ya en casa de Ramiro, noto la presencia de alguien que no conocía, era un hombre de mediana edad, no traía cara de buenas noticias, y los familiares de su amigo no se veían muy contentos en si, Sandro noto que la madre de su amigo no se encontraba entre los presentes, entonces el hombre se le acerco, tenia un sobre en la mano. Le sonrió tristemente ofreciéndole el sobre, lo recibió, en ese momento lo abrió; había una moneda de cinco nuevos soles, y un papel que decía “Discúlpame por haber roto la promesa…”

- ¿Y mi amigo?
- Falleció en el hospital hace un par de días, yo estaba en su mismo cuarto, era mi compañero de trabajo en una construcción, se accidentó por ayudarme, cuando le decía que le debía la vida tan solo me dijo “apenas puedas, vas y le pagas a mi amigo Sandro lo que le debo, capaz esta molesto por la tardanza”.